Eternizas mi nombre en tus labios,
semilla que crece y le das vida,
cuando lo pronuncias de esa manera
que al mismísimo viento silencias.
Se agiganta el mar, el cielo se abre,
tu voz retumba con pasión en mis oídos,
magistral sonido que piedad no tiene
de este corazón que ya te pertenece.
Se optimizan los aromas del jardín
con ellos vuela tu susurro varonil,
envueltos en luceros viajan ligeros
bajo el frondoso camino de tu boca.
En un instante te haces tan presente
con esa energía que traes al evocarte,
adoro la manera especial como me llamas
me bautizas siempre entre sonrisas y alas.
©Marielena Rondinel
(Perú)
Todos los Derechos Reservados
semilla que crece y le das vida,
cuando lo pronuncias de esa manera
que al mismísimo viento silencias.
Se agiganta el mar, el cielo se abre,
tu voz retumba con pasión en mis oídos,
magistral sonido que piedad no tiene
de este corazón que ya te pertenece.
Se optimizan los aromas del jardín
con ellos vuela tu susurro varonil,
envueltos en luceros viajan ligeros
bajo el frondoso camino de tu boca.
En un instante te haces tan presente
con esa energía que traes al evocarte,
adoro la manera especial como me llamas
me bautizas siempre entre sonrisas y alas.
©Marielena Rondinel
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