El libro continua a la venta tanto en Lulu como en Bubok

viernes, 24 de mayo de 2013

7 palabras mágicas


En la búsqueda del bienestar, hay ciertamente cosas e instancias que podemos vivenciar, que nos ayudarán a mejorar significativamente nuestro día a día. Cosas que nos llevarán a la armonía y retomar los equilibrios perdidos.

Les presento siete palabras llenas de magia, que nos ayudarán en diferentes aspectos de nuestra vida, logrando expandirnos, liberarnos, estar plenos. Cada una de ellas nos conectará con aquellas piezas de nuestra existencia, que son claves para el avance seguro, en la busqueda de la felicidad. Se las presento:

1-MUÉVETE
Camina la vida, recorre los lugares que amas y visita aquellos que aún no has conocido. Baila, baila esa canción que tanto te gusta. Muevete dentro de tu casa, atesorando cada rincón. Cambia los mueles, re-ordena esos rincones olvidados. Renueva tus espacios, planta flores nuevas. Recorre la vida de otra manera, distinta a lo que has hecho hasta ahora. Sal de la rutina del trabajo, las relaciones y los patrones de vida. Cambia tu perspectiva. Acércate a quien no te has podido acercar, aléjate de aquellas cosas que te dañan y que ya no son aporte en tu día a día, y si acércate a quienes te aprecian, te hacen sentir cómodo (a) y aceptan toda tu autenticidad, a quienes te aman tal como eres. No necesitas hacer grandes recorridos para hallar aquello que te hace vibrar, a veces moviendo pequeñas piezas y ordenando las cosas, aparecen las nuevas oportunidades y los nuevos renaceres.

2-TOCA
Toca tu cuerpo, toca a los que amas. Abraza a aquellos que no has abrazado, a quienes sientas lo necesitan, incluso a aquellos que ponen distancias al contacto físico, lo más probable es que sea quien más necesite el calor del contacto. Toca las flores de tu jardín, toca los animales que pasan por tu vida, toca aquellos objetos que adornan tu día, que te traen paz y bellos recuerdos. Toca un instrumento musical, aunque sea sólo para jugar con la música, verás como al hacerlo cantar, hará vibrar tu corazón. Toca los árboles, toca el pasto recien mojado, toca la suave arena de la playa, las rocas, el agua. Si el contacto te es ajeno, toca, no lo aplaces ni un día más. Si por el contrario, el tocar te es familiar, afianza esa virtud, úsala para que la vida sea más grata para ti y para quienes alcances con tus manos. Tocar es en la cercanía, una manera de concretar el afecto, el amor.

3-ESCUCHA
Siéntate en silencio y entérate de todo lo que está allí, a tu alrededor, para ser escuchado. Todos aquellos sonidos a los que jamás le has puesto atención, están esperando que los reconozcas. Deleitate con el cantar de los pájaros en las mañanas. Escucha aquellas canciones que hace que tu piel se estremezca. Escucha las olas del mar jugueteando con la playa. Escucha la voz de los que amas, la dulce voz de tu hijo, las amadas melodías de tu amante, la voz ya algo cansada, pero llena de historias de quienes nos ganan en años. Escucha al otro, en todos sus detalles, es un arte el hacer sentir a alguien escuchado. A veces basta con ese gesto, para ayudar, para aplacar ansiedades, para calmar dolores, por lo tanto, sé generoso y escucha con el corazón. Oye el susurro del viento entre las hojas de los árboles, oye la música de la naturaleza entera, es la música de la tierra. Pero por sobre todo, escúchate a ti. Tu sabio interno, tu alma fiel compañera. Esa que tiene la palabra exacta que necesitas oír. Allí están las respuestas, allí está la verdad. Escucha a tu corazón, que tiene un idioma tan diferente, pero que siempre sabemos exactamente lo que nos quiere decir, cada latido, es un mesaje de vida y una confirmación del amor.

4-SIENTE
Sin miedo, nada te puede herir, no pierdas la oportunidad de sentir todo aquello que te da la vida, que te hace humano, que te hace único. Siente en pleno, en todo lo que eres, aquello que te recorre, cada experiencia. Gozo, frío, dolor, hambre, pena, alegría, paz. No juzgues, solo siente. Cada una se estas sensaciones tienen mensajes para ti, y oportunidades de hacerte un ser más completo. No rehuyas la experiencia, no rehuyas el vivirla a fondo. Siente el amor hasta que tu corazón se rinda. Siente el cuerpo del que amas, su olor, su calor, sus detalles. Sientete, tus latidos, tu respiración, como reacciona tu ser a cada cosa que vive. Sientete y arrullate en ese sentir, esa es la vida que te abraza, eso es esta experiencia física, un festival de sensaciones que te dan la bienvenida.

5-CONFÍA
Tú sabes que eres parte de algo extraordinario. Si puedes reconocer la maravilla que es la vida manifestada, entonces confía en que esa sabiduría inexplicable, es un gran poder amoroso, que teje todas estas historias. Y que detrás de ella hay una presencia ilimitada, desconocida quizás, pero tan cercana. Ante tanta perfección, no queda más que confiar. Confía en los flujos de la realidad, en los caminos que nos llevan a aquello que necesitamos, para retomar lo que en verdad somos. Confía en que nada es casual, en que todo es un aprendizaje. Confía en esa mano que silente nos empuja a nuestra maestría. Y por sobre todo, confía en ti, en tu poder personal, en la voz de tu intuición. Aquello que resuena en tus oídos, eso es lo que debes hacer, confía. Aquello que se te repite una y otra vez, es lo que debes realizar, confía. Aquello que no puedes dejar de vivir, es justo lo que la vida te presenta para crecer, confía. Aquello que sientes palpitar en tu ser, es todo aquello que te espera, para ser encontrado, confía. Aquella voz que en susurros, te muestra con exactitud lo que necesitas ver, es la voz de Dios, confía!.

6-ENTREGA
Lo mejor de ti, todo aquello que haces tan bien. Tus maravillosos dones, tu cálida sonrisa, la caricia oportuna, la palabra que anima. Da tu compañía, tu presencia, tu energía. Entrega tu tiempo como un regalo, tu miradas de empatía, tu contagiosa esperanza. Entrega tus ganas de vivir, para despertar al que está desanimado. Entrega esa caminata de la mano, de quien te ha elegido, de ese quien tú has escogido. Entrega ricas comidas, preparadas con la sal del amor. Entrega reuniones que son, un homenaje a la amistad, al compartir. Entrega el silencio que insta, a que el otro se exprese. Da una palmada de cariño, un recorrido por la alegría, un paseo hacia el re-encuentro, un gesto de bienvenida.

7-RECIBE
Cada regalo que te ofrece el destino. Recibe las experiencias de los aprendizajes que vibran en ti y que te buscan sin condiciones. Recibe los elogios, que te impulsan a continuar. Recibe cada ofrenda de tu hermano, de cada amanecer, de cada vivencia, de todo cuanto te toca con su mano mágica. Recibe el amor a manos llenas, para que lo des a manos llenas. Recibe la melodía de la naturaleza, la luz del sol que te saluda cada mañana. Recibe la compañía de los que amas, tan incondicional. Recibe con amor, todo cuanto eres. Recibe con una sonrisa la música, los colores, los aromas y los sabores de la vida. Recibe sin apelar, sólo con agradeciemiento. Recibe con humildad, aquella que te hará entregarte con la misma devoción. Recibe agradecido (a), emocionado (a), lleno (a) de asombro y certeza, cada regalo de esta vida.

Alejandra Vallejo Buschmann

martes, 14 de mayo de 2013

El ciego y el Everest


Parece que poco a poco la gente se va acostumbrando a las mismas metáforas de la vida. Hace algún tiempo, escribía en esta columna el “manual para subir montañas”, y de repente me encuentro con un lector en Hamburgo que decide compartir conmigo su experiencia respecto a las escaladas de la vida.

Descubrió en qué hotel estoy alojado, tiene una serie de críticas sobre mi página de internet. Hace comentarios duros, y después pregunta:
-¿Puede hacerse una foto con mi novia?
Claro que puedo. Coge el teléfono móvil, aprieta un botón, no dice nada, y un minuto después aparece su novia.
Nos hacemos la foto, pero la pregunta que sigue es más intrigante:
-¿Puede un ciego escalar el monte Everest?
-Creo que no –respondo.
-¿Por qué no responde: tal vez?
Ya estoy casi convencido de que tengo delante a un “optimista compulsivo.” Una cosa es que el universo entero conspire para que se cumplan nuestros sueños, otra cosa es colocarse frente a desafíos absolutamente innecesarios, que pueden acabar en accidentes fatales o en fracasos previsibles.

Explico que tengo que salir por un compromiso, pero el lector no se rinde.
-Los ciegos pueden escalar el Everest, la montaña más alta del mundo ( 8.848 metros). No sólo pueden, sino que sé que por lo menos uno de ellos lo ha hecho. Su nombre es Erik Weihenmayer. ¿Su compromiso puede esperar?
Si ha citado un nombre, puede que exista una historia interesante. Mi compromiso puede esperar, por supuesto.
-En 2001, Weihenmayer lo consiguió. Y mientras tanto, la gente se queja por no tener un coche mejor, ropa más elegante, o un sueldo a la altura de sus necesidades.
-¿Está usted seguro de que lo consiguió?
-Busque en internet. Pero lo que me fascina es que Weihenmayer sabía exactamente lo que quería: transformó su vida en aquello que él pensaba que debía ser. Tuvo el valor de arriesgarlo todo para conseguir que el universo conspirase a su favor.

Estoy de acuerdo. El lector continúa, como si mi actitud ya no le interesase más:
-Si una persona sabe lo que quiere de la vida, reúne todas las condiciones para hacer que se cumpla su sueño. ¿No fue usted mismo quien lo dijo?
Claro. Pero existen límites, como ciegos escalando la montaña más alta del planeta.
-Y si las personas no tienen sueños, ¿qué tienen que hacer?
-Pensar en algo que les gustaría estar realizando, y dar el primer paso –respondo-. Sin miedo a errar. Sin miedo a herir a los que se “preocupan” por su comportamiento.
-¡Eso! –dice el lector, identificando claramente por primera vez mis ideas-. En seguida nos damos cuenta de que para lograr lo que queremos es preciso correr riesgos. ¿No es eso lo que dice usted en sus libros?
No sólo lo digo, sino que también procuro hacer honor a esas palabras. Pero nuestra conversación es interrumpida, ha llegado la hora de atender al compromiso que me trajo a Hamburgo. Agradezco su atención, le pido que me envíe sugerencias sobre mi página web, nos hacemos una foto más, y nos despedimos.

A las tres de la mañana, regresando del evento, meto la mano en el bolso para sacar la llave de la habitación, y descubro el papel en el que había anotado el nombre. Pese a que dentro de unas horas tengo que viajar a El Cairo, enciendo el ordenador, y allí está:
“El 25 de mayo de 2001, a los 32 años de edad, Erik Weihenmayer se convirtió en el primer invidente que alcanzó la cima de la montaña más alta del mundo. Este ex-monitor de gimnasio recibió el premio que otorgan ESPN e IDEA por su valor al ir más allá de los límites que su condición física permitía. Además del Everest, Erik Weihenmayer ha escalado las otras siete montañas más altas del planeta, entre ellas el Aconcagua (Argentina) y el Kilimanjaro (Tanzania)”.

Si no lo creen, compruébenlo.

Libro: El Guerrero de la luz. Pablo Coello

domingo, 12 de mayo de 2013

Amor en vida



Canción: Amor en vida
Artista: Víctor Escalona
 
Ellas son los ángeles del cielo
Cuidarán nuestra vida con anhelo
Ellas reviven la esperanza cada día
Siembran luceros para no perder la vía.
 
Ellas son el canto de la entrega
Que empezó con la sangre de sus venas
Ellas conocen la verdad de tus pupilas
Pues dieron luz a cada una con caricias.
 
“Madre serás
Dijo Dios allá arriba
Y te hiso a ti mujer
Convertir el amor en vida”
 
Ellas son la fuerza y la dulzura
La razón el arrullo y la ternura
Ellas remueven nuestras fibras con sus dones
Y con milagros alimentan corazones.
 
Ellas son las madres de los hijos
Que ha parido la tierra en su infinito
Pues cada vez que llega luz hasta sus vientres
En madre de todos los niños se convierten.
 
“Madre serás
Dijo Dios allá arriba
Y te hiso a ti mujer
Convertir el amor en vida”
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