Hablar de los niños es hablar de inocencia, es empaparse de ternura, es sentir el amor más puro. Por eso nació este poema, para que sigan siendo, cada vez que los miremos, que los tengamos presente: caritas de cielo. ¡Feliz Día del Niño! ©Marielena Rondinel
domingo, 18 de agosto de 2013
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