Peregrino, descansa el tiempo
y en malabares,
se acurruca en los ojos
el cielo.
Bienaventurada la naturaleza
del semblante
mientras tú, mi navegante,
despiertas.
Te adueñas de la cintura
tibiamente,
con la frescura radiante
de tus besos.
Azul, destella el océano,
creas fantasías,
unidos cuerpo y alma,
tormenta es nuestro amor.
©Marielena Rondinel
(Perú)
Todos los Derechos Reservados
y en malabares,
se acurruca en los ojos
el cielo.
Bienaventurada la naturaleza
del semblante
mientras tú, mi navegante,
despiertas.
Te adueñas de la cintura
tibiamente,
con la frescura radiante
de tus besos.
Azul, destella el océano,
creas fantasías,
unidos cuerpo y alma,
tormenta es nuestro amor.
©Marielena Rondinel
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