La felicidad tiene ahora nombre propio,
En cada pliegue de tu piel y tus labios
Alcanzo a rozar suavemente el cielo.
Nutres mis días de momentos mágicos,
Das a mi vida lo mejor de la tuya,
Ruego a Dios te cuide siempre mi ángel,
Orgullosa estoy de tenerte en el corazón.
©Marielena Rondinel
(Perú)
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domingo, 4 de noviembre de 2007
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