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domingo, 18 de septiembre de 2011

Nunca es tarde


Había una vez un joven que padecía de cáncer terminal. Tenía 18 años de edad y el lugar, día y hora de su muerte se acercaban. La mayor parte de su vida la pasó en su casa, bajo los cuidados de su madre.

Nunca salía a ningún lado pero un día le dijo a su mamá que estaba ya un poco cansado de estar en casa y que deseaba salir por lo menos una vez para respirar un poco de aire fresco. Así que su madre le dio permiso y salió a caminar a varias cuadras de su casa. Al llegar a un centro comercial pasó por una tienda de CD's y miró a través de la puerta durante un segundo, mientras caminaba, de repente se detuvo y se regresó.

Mirando hacia adentro de la tienda, fijó su vista en una joven más o menos de su misma edad y sintió un inmenso amor a primera vista.

Abrió la puerta y entró, manteniendo su mirada fija en ella y en más nada o nadie. Se fue acercando más y más hasta llegar al mostrador donde ella se encontraba sentada.

Ella lo miró y le pregunto: "¿Puedo ayudarte en algo?" Ella le sonrió y él pensó que era la sonrisa más hermosa y sincera que jamás había visto. La atracción era inmensamente fuerte.

El le dijo: "Ummm, sí... quisiera comprar un CD" Escogió uno y le dio el dinero.

"¿Quieres que lo envuelva para regalo?" Le preguntó ella, sonriéndole de nuevo con esa misma bellísima sonrisa. El asintió y así ella desapareció hacia la parte posterior de la tienda y regresó unos minutos después con el CD envuelto y se lo entregó.

Él lo tomó y salió de la tienda y desde aquel día, regresó todos los días al negocio a comprar un CD y ella se lo envolvía en papel de regalo. Él regresaba a su casa y metía los CD's en su escaparate y aunque se moría de las ganas de invitarla a salir, no podía hacerlo debido a la pena que sentía.

Un día le contó a su madre lo que sucedía y ella le aconsejó que simplemente la invitara a salir. Así que al día siguiente, con todo su coraje, se dirigió a la tienda y como siempre hacía, compró un CD y ella, como siempre, desaparecía por la parte posterior de la tienda y aparecía con el CD envuelto, así que en un momento en que ella no lo miraba, él le dejó un papelito con su número de teléfono y salió corriendo de allí.

¡RRRRRING! La madre levantó el teléfono... "¡Aló!"... ¡Era la joven!... Ella preguntó por su hijo y la madre comenzó a llorar y le dijo:

"¿Acaso no sabes lo que sucedió?"... "Él pasó a la otra vida... él murió durante la noche... y ya cremamos el cuerpo"... La línea estaba en total silencio a excepción del llanto de la madre...

Así, un poco más tarde, la madre entró al cuarto de su hijo ya que necesitaba estar en contacto con algo físico de él para recordarle y abrió el escaparate... Allí se sorprendió al encontrarse cara a cara con pilas y pilas de CD's envueltos... Levantó uno y se sentó en su cama a abrirlo y al hacerlo, cayó un papelito.

Al recogerlo, la madre leyó... "¡Hola!... ¡Eres bellísimo!... ¿Quieres salir conmigo?. Mónica"

La madre abrió otro CD... y de nuevo encontró otro papelito:

"¿Qué tal?... ¡Me gustas muchísimo!... ¡Quiero salir contigo! Mónica"

Al leer esta historia, deberíamos reflexionar... reducir la velocidad que este mundo de hoy día nos "obliga" a vivir. Además a velocidad reducida los detalles toman otra perspectiva, una mucho más interesante y hermosa.

¡Nunca es tarde! Si pensamos en alguien o queremos a alguien o si simplemente apreciamos a alguien, deberíamos decírselo y tomar acción sobre la base de ese sentimiento antes de que la vida pase.

No temamos expresarnos. Porque cuando llegue el momento en que nos sintamos lo suficientemente fuertes para hacerlo y pensemos que es el momento apropiado, puede que sea muy tarde.

Atrapemos el día de hoy.

Autor Desconocido

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