Para saber el valor de un semestre, pregúntale a un estudiante que reprobó el examen final.
Para saber el valor de un mes, pregúntale a una madre que ha dado a luz prematuramente.
Para saber el valor de una semana, pregúntale a un editor de la revista semanal.
Para saber el valor de una hora, pregúntale a los amantes que esperan para verse.
Para saber el valor de un minuto, pregúntale a la persona que perdió el tren, el autobús o el avión.
Para saber el valor de un segundo, pregúntale a quien haya sobrevivido a un accidente.
Para saber el valor de una milésima de segundo, pregúntale al atleta que ganó una medalla de plata en las Olimpiadas.
El tiempo no espera a nadie.
Atesora cada momento que tienes.
Y lo atesorarás mucho más si lo compartes con alguien especial
Autor desconocido
lunes, 6 de julio de 2009
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